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jueves, 21 de abril de 2016

Mundo Gelyos capitulo 2


El gelyos de combate

El amanecer aparece junto a el sale el radiante sol, iluminando toda la ciudad, indicando que el día comienza, por  lo tanto es hora de despertar.

En una pequeña habitación  un tanto desordenada yace un joven tirado en el suelo semi-cubierto con una sábana, dando la sensación de que se calló de la cama en medio de la noche. Poco a poco los rayos del sol traspasaban la ventana hasta cierto punto en el cual iluminaron el rostro de Eric. El chico continuaba con su cálido sueño, pero poco a poco el calor del sol le interrumpía su placido descansar.

-- ¡Rayos!... – menciono mientras se cubría el rostro con la sabana – son las vacaciones, quiero dormir hasta la siguiente temporada – seguía quejándose con desgano – Rayos no puedo volver a dormir – un poco molesto se levanta del suelo, percatándose de que no recordaba cómo había llegado a su habitación, de hecho ni siquiera el cómo llego a casa -- ¿eh? Pero si, - todo en su cabeza pasaban como recuerdos borrosos, el joven se sienta en su cama que aunque era cómoda no se encontraba para nada ordenada – Madre me envió a la casa del viejo cascarrabias, para entregarle algo pero no soy capaz de recordar mucho más de eso… - si concentración se perdió al escuchar el gruñir de su estómago – bueno creo que lo mejor es comer para luego seguir, digo tengo mucho rato libre.

El joven se dirige al baño en donde se dispone a asearse totalmente, una vez que termino se dirigió a la cocina en donde se encontraba su madre limpiando los trastes.

-- Bueno días – menciono el chico un poco desanimado a lo que su madre contesto con una cálida sonrisa. El chico se dirige al comedor en donde luego de sentarse en una silla se dispone  a desayunar.
-- hijo ¿en dónde estuviste anoche? – Pregunto la señora, lo cual  alentó un poco a Eric – veras, es que ayer escuche unos disparos un poco cerca de acá, y cuando fui a avisarte a tu habitación no respondiste, mi llamado – cada palabra que mencionaba la mujer mayor, confundía cada vez más al chico.

-- ¿podría ser...? acaso ¿yo…? ¿Será que no fue un sueño?... – Eric se preguntaba a si mismo, inundándose en pensamientos confusos.

-- imagino que estabas severamente dormido – menciono  la señora y mientras seguía comiendo, luego de una pausa por el acto de tragar el alimento, dirige una mirada un poco severa en su hijo, el cual no es capaz de notar, ya que se encontraba perdido en pensamientos – ¿Eric?... ¿Me estas escuchando? – El chico vuelve en si al escuchar las últimas palabras de su madre, y acto seguido se dirige a su habitación.

-- tengo que recordar como llegue a casa, ese sueño… ese extraño sueño, esos chicos me habían disparado, un  tiro  certero en mi pecho, si hubiera sido real, estaría muerto, y mi ropa estaría… -- una gran idea había recorrido su mente.

Eric se dirige rápidamente al cuarto de baño a buscar la ropa que se había quitado en  la mañana, no tardó mucho en encontrar su camisa y rápidamente noto un orificio en la parte delantera de la tela.
-- Justamente en el pecho, es… es… acaso posible esto – entre tartamudeos, el miedo y el asombro recorren por todo su cuerpo, luego de un momento el chico cae sentado en el piso aferrándose con pavor a la camiseta. En ese instante una voz retumba en su mente.

-- no-no-no tien- tienes que preo-preo-cuparte – Eric escucha una voz extraña que apenas se entiende entre pausas y malas pronunciaciones, aun con temor el  joven observa toda la habitación intentando buscar el origen de la voz. – Yo-yo ne-necesito q-que me ayu-ayudes – seguía retumbando la voz que se le dificultaba aún más la pronunciación.

-- ¿quién eres? – pregunto Eric que se levantaba del suelo y aunque sus piernas temblaban un poco, se armaba de valor para enfrentar cualquier cosa. Pero para su sorpresa, la voz provenía del reloj que tenía puesto en su muñeca izquierda.

-- Mi-mi nom-nombre es-es Mark… -- el chico sorprendido cada vez más se asustaba de lo que pasaba,  y con gran angustia sale corriendo de la habitación.

En el camino el chico trata de quitarse el reloj de la muñeca pero no le es posible, ya que  parecía que el aparato estaba pegado su brazos, entre tanta desesperación Eric se dirige al almacén, y entre un montón de cajas de cartón saca un cajón de herramientas. la coloca rápidamente en el suelo y la abre,  agarra el martillo y con gran fuerza, y mientras miles de pensamientos recorren la mente del chico, este se llena de coraje y dirige con gran potencia el martillo hacia su brazo izquierdo.

El reloj empieza a brillar, pero aun así el chico se dispone a romper el aparato y continua con su acción, no fue antes después de golpear su puño contra el suelo, que se dio cuenta que el martillo había desaparecido de su agarre. Esto dejo en  suma confusión al chico.

-- ¿Qué es lo que ocurre? – un fragmento de lo sucedido ayer recorre su mente como un rayo – eso quiere decir, que de verdad ayer… yo – entre tartamudeos el chico empezaba hablar.

--así es, ayer, tu asesinaste brutalmente a las personas que te atacaron – dijo una silueta que poco a poco se formaba en la iluminación del reloj.

/////////////////////////Fragmento de recuerdo\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\

La luz envolvía todo el lugar, los delincuentes no podían ver nada en absoluto y al no tener el objetivo visible empezaron a disparar abiertamente en dirección a donde vieron por última vez al chico que debió haber caído.

El sujeto iluminado empezó a esquivar con tranquilidad los proyectiles, y con  gran estilo propino una serie de golpes a todos los presentes. Ante tal iluminación solo se podían escuchar los disparos y los gritos de las personas que recibían golpes devastadores.

Poco a poco la gama de luz se acoplaba a la tonalidad del tiempo respectivo, mostrando un escenario muy oscuro, pero con un poco de iluminación por los postes de luz que habían alrededor del callejón; el cual se mostraban balas por doquier , algunas tiradas en el suelo otras incrustadas en las paredes, algunas armas se encontraban destruidas; mientras que las personas se encontraban dispersos por todo el suelo.

El líder de la banda con todas sus fuerzas intentaba recoger su armas, Sus piernas se encontraban torcidas, lo que le impedía ponerse de pie, así que se arrastraba con sus manos, dirigiéndose hacia el final del callejón.

Las sombras del lugar tapaban al chico, acometedor de dicho escenario, y mientras caminaba con suma calma hacia el malherido la luz de los postes, revelaba poco a poco la nueva apariencia del susodicho.

el joven poco a poco se acercaba al  hombre moribundo   que ahora se hacía visible su vestimenta, un suéter marrón con mangas negras, short negro, donde deberían ir sus rodillas se encontraban unas esferas que sostenían sus pantorrillas las cuales estaban cubiertas hasta los pies con una especie de metal, su cabellera había cambiado de color, pasando de un gris claro a un negro totalmente oscuro.
Una vez alcanzado a su enemigo, se posó encima. Y en un acto de frialdad, agarra del rostro al moribundo y lo levanta

--¿quién demonios eres? – pregunto el hombre el cual se le acababan las fuerzas.
El chico sonríe mientras aplastaba la cabeza con placer – Soy …

/////////////////////////fin del recuerdo\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\

Eric se levanta del suelo y con temor empieza a hablar entre tartamudeos -- ¿Quién, erees y que quieres conmigo?

Luego de unos segundos la luz se desvanecía mostrando una pequeña figura al frente de Eric
.
-- yo soy Mark… -- respondió  el reloj y acto enseguida se revelo la forma de la silueta situada adelante del chico, que era el martillo que intento entregar ayer.

--  ¡¿Eric con quien estás hablando?!—en las afueras de la habitación se escuchó la voz de la señora de la casa. El chico responde con una vaga escusa pues, ahora que había visto la verdadera forma de la criatura que lo había incomodado en sus pensamientos, ahora definitivamente debería encontrar respuestas.

-- ¿…y bien? , ¿Qué es lo que quieres para perturbar mi mente? – pregunto Eric  ahora un poco más calmado.--  Y más importante aún, ¿por qué demonios eres un martillo?. – recriminaba un tanto confuso.

-- en primer lugar no soy un martillo… -- el reloj producía una voz, y al mismo tiempo que observaba la herramienta podía ver un aura un poco conocida, una aura que mostraba la silueta de la persona en la que se transformó en aquel combate. -- y en segundo lugar, te ayude a sobrevivir – esto último exalto a Eric – así que no me recrimines. Además… – la voz en el reloj hacia una pausa – necesito tu ayuda.

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Escena combate con los malechores:




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